A pesar de los pesares, el confinamiento domiciliario durante abril y mayo no impidió disfrutar de la fotografía y me obligo un poco a salir de la zona de confort que suponía estar en casa 24 horas con dos niñas, que también han aprendido mucha fotografía. No todo tenian que ser deberes y videoconferencias con el colegio.
Como nunca he tenido mucho tiempo para dedicarle al macro, el confinamiento fue el momento para practicar y estrujar el equipo que normalmente, en mi caso, no suele sufrir demasiado.
La primera imagen, las fresas está realizada mediante técnica de apilado. Son 30 imágenes tomadas con Sony A900, Sony 100 2.8 Macro, Flash Twin Sony HVL-MT24AM con doble difusor. Todo montado sobre una guía milimétrica y sacando una foto cada 1mm.
La segunda imagen es mucho más sencilla, es una única toma, también con A900 y 100 macro, a la luz de una bombilla incandescente de 40W f2.8 y tan solo 1/30 seg, a pulso, lo que me hace recordar la gran calidad del estabilizador incorporado en en el cuerpo de la cámara.
Por ultimo y para no aburrir una imagen que surgió del día a día del confinamiento, tras el hartazgo, de estar limpiando todo el día virutas del sacapuntas. No sabéis lo productivas que pueden llegar a ser las niñas coloreando durante todo el confinamiento.
Mismo equipo, con Twin flash y apilado de 7 imágenes.
Otra técnica practicada durante el confinamiento ha sido el time-lapse, resultaba relativamente fácil dejar la cámara todo el día en el balcón, sobre todo si se preveía tormenta.En este caso, con Sony A77 + Sony 11-18, prioridad a la abertura, intervalometro a infinitas imágenes cada 12 segundos. Las tomas terminaban cuando se agotaban las dos baterías del grip.