Nunca dejará de sorprenderme la intensidad con la que la gente vive estas fiestas, el orgullo de pertenecer a una compañía, la satisfacción de ser elegida cantinera. Unas pocas mujeres rodeadas de miles de hombres, que las enaltecen y las hacen ser reinas por un día. Día que estoy seguro que jamas olvidarán ya que seguramente no se repetirá.
